Te invito a emprender este camino como si te propusiera adoptar un régimen de ejercicio saludable o una alimentación equilibrada. El camino de la consciencia es doloroso y requiere valentía, lo que a menudo lleva a que sea evitado; esta decisión es respetable.
Permíteme decirte algo: si te atreves a transitar este camino y hacerlo tuyo como filosofía de vida, te aseguro que tu existencia cambiará por completo. No se trata de una frase motivadora "cliché", sino de una afirmación fundamentada en el hecho de que, cuando haces consciente un reto en cualquier campo o aspecto de tu vida, liberas una nueva energía. Literalmente, renuevas y amplías tu campo de visión y comprensión, lo cual genera una sensación adictiva que te deja contemplativo, en paz, sin rencores ni juicios. Es una experiencia de meditación profunda contigo mismo, en la que finalmente entiendes, comprendes y liberas una energía estancada que, como una fuga, te restaba vitalidad y fuerza.
Cuando conviertes este hábito en una filosofía de vida, todo el enfoque de tu existencia cambia, ya que te conviertes en el centro y único responsable de tu vida, tanto para lo "bueno" como para lo "malo". Esta responsabilidad puede ser dolorosa y pesada porque no deja espacio para el victimismo ni para las "excusas"; sin embargo, al mismo tiempo, te libera de todo tipo de ataduras, conectándote con tu esencia y una fuente inagotable de energía y verdadera libertad de espíritu.
La decisión es tuya, porque es tu vida y tienes el derecho de vivirla como desees.